miércoles, 16 de abril de 2008

Lectura sexta.

ROMANCE A UN PUEBLO HURDANO

Donde la sierra Altamira

descansa sobre la falda

orgullosa, sensiblera,

por ser de verdura tanta;

donde el castañar clarea

y el olivar se abalanza

ocupando los rincones

de pendientes y hondonadas;

donde abunda la frescura

y el cante del agua clara

acuna con su sonido

las convulsiones del alma;

Casar, con su morería,

vive la vida y no para.

Como barquillo velero

en la loma se remansa,

con sus casitas tendidas

bajo el sol de la mañana.

Casar, serrano y bravío,

crisol de sangre preciada,

donde las razas conviven

judía, morisca y cristiana.

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